En el vídeo que puse en el post de ayer El Mago de Oz y la creación de dinero, explican cómo la creación de dinero por parte de los amos del mundo les confiere el poder de expandir o restringir a voluntad la cantidad de dinero y estrangular la economía cada vez que les interesa. Por tanto, deberíamos crear nuestro propio dinero, para no depender de los traficantes de vidas y haciendas humanas.
La creación de dinero por el pueblo es una utopía en estos momentos de mansedumbre y sumisión de la cabaña lanar, pero alguna vez habrá que empezar a poner los cimientos para la rebelión en la granja.
LA HORA DE TRABAJO COMO UNIDAD MONETARIA
Usar la hora de trabajo como unidad monetaria tiene varias ventajas:
1 – El precio de cualquier producto es fácilmente comparable con el esfuerzo que tiene que hacer el comprador para adquirirlo. Eso evita los precios absurdos y fantasiosos sobre bienes o servicios que carecen de cualquier valor real.
2 – La hora de trabajo no puede tener ni devaluación ni inflación. Tampoco se puede imprimir de la nada. Cualquier anotación en cuenta de una hora tendrá el respaldo de un trabajo realizado anteriormente.
3 – Se puede crear a voluntad sin que ello genere inflación. La creación de este dinero es muy fácil: se hace trabajando una hora.
4 – El ahorro de horas trabajadas nunca pierde poder adquisitivo. Eso lo convierte en un perfecto ahorro para la tercera juventud. Éste será uno de los principales motivos para que la gente convierta los papelitos de colores en horas.
5 – Nadie podría robar a otra persona horas de su cuenta nominativa e ingresarlas en otra cuenta nominativa. Al no haber robos, el ahorro en policía, abogados, jueces y burocracia sería inmenso. Tampoco merecería la pena robar otros bienes, pues no se podrían vender y cobrar con medios de pago al portador.
VALOR Y CONVERTIBILIDAD DE LA HORA
Una hora de trabajo equivaldría siempre al valor de una hora de trabajo del salario mínimo interprofesional, incluyendo pagas extras, indemnización por despido y vacaciones.
Los profesionales que han tenido que hacer unos estudios o un aprendizaje, deberían repercutir este coste a lo largo de su vida laboral. Por ejemplo: alguien que ha estado 10 años estudiando una carrera y, además, ha gastado cinco años del sueldo de su padre pagando esos estudios, suma 15 años de gasto a amortizar: 15 años, repartidos entre 30 años de vida laboral, sale a 1.50 horas la hora. Esto sirve para que, cuando alguien te quiera cobrar 20 horas por hora, sepas que te está estafando vilmente.
Para empezar, se podrían comprar horas pagando el valor de una hora del sueldo mínimo interprofesional en euros, hasta que paulatinamente la gente se fuera habituando a la nueva moneda. La meta sería eliminar cualquier otra forma de dinero y que sólo circulara la hora de trabajo.
EL BANCO DE HORAS
Habría un banco de horas que llevaría el saldo de las anotaciones en la cuenta de cada individuo. Con cargo a esa cuenta se harían transferencias o cheques nominativos a otras cuentas.
Los responsables de la contabilidad del banco de horas no podrían tomar ninguna decisión sobre la emisión o restricción de la masa de dinero-horas en circulación. La cantidad de horas en circulación siempre sería igual a la cantidad de horas trabajadas y todavía no gastadas. El flujo en circulación sería siempre el ahorro de toda la población.
ARRIBA LOS DE ABAJO
Como las tormentas de ideas anteriores me han gustado mucho, espero mejoras, sugerencias y opiniones en los comentarios. Entre todos tenemos que dejar en herencia a los nietos un sistema para que los de abajo puedan emitir y manejar su propio dinero sin arriesgarse a ser expoliados por los de siempre.
Como le decía un cura a otro: si nosotros no vemos este proyecto realizado, al menos les servirá a nuestros hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario